Por Vanessa Pragasam
De la misma forma que la alta costura se ha adaptado a la moda que se ve en la calle a diario, hay grandes cocineros que han decidido adecuar sus platos y su cocina a un consumo más cotidiano, sin llegar a ser low cost, ya que no son para todos los bolsillos, pero sí a un precio más ajustado que podemos encontrar a estos niveles. Este es el caso de Dani García, uno de los cocineros más influyentes de Andalucía que ha conseguido situarse en lo más alto de la vanguardia culinaria.
Marbellí y aprendiz de Martín Berasategui (con quien se bautizó profesionalmente), abrió su primer restaurante en 1998, Tragabuches, que le valió su primera estrella Michelin, esa estrella tan deseada y envidiada. En 2005 aterrizó en el Hotel Meliá Don Pepe (Marbella) para liderar Calima, donde en 2007 obtiene su primera estrella Michelin y, en 2010, la segunda, además de 2 soles de la Guía Repsol y una interminable lista de premios. Aquí reinterpreta la cocina andaluza en clave de vanguardia y es capaz de generar texturas únicas, jugar con contraposiciones de sabores y oposiciones de frío y caliente. En 2014, tras cerrar Calima, abre dos espacios culinarios en el Hotel Puente Romano de Marbella: Dani García Restaurante, dedicado a la alta cocina y Bibo, un concepto de bistró informal, síntesis de un local bullicioso donde se comparten raciones y donde se fusiona la música española con la creatividad de la cocina tradicional andaluza.
Hace unos meses, Dani García ha desembarcado en Madrid y lo ha hecho con una gran expectación…Ya es difícil encontrar mesa, si no se reserva con tiempo, y eso que Bibo Madrid cuenta con 800 metros cuadrados situados en Paseo de la Castellana 52. Un local con personalidad única y una decoración cuidada hasta el mínimo detalle realizada por Lázaro Rosa Violán: 7000 bombillas que cubren sus paredes imitando el alumbrado de la feria de Málaga; un gran globo aerostático que pende sobre la barra que representa una cocina viajera y, una gran escultura de un atún rojo, ingrediente fetiche del chef.
Bibo Madrid es un Oyster´s (con ostras al natural o aliñadas) & raw bar, una brasserie y un lugar de tapas, con una carta tan extensa y variada que te resultará difícil saber qué escoger. La mejor propuesta es compartir y poder disfrutar del más puro tapeo con raciones importantes. La tapa es la cocina de la libertad tanto para el cocinero, que puede crear cosas en pequeñas porciones, como para el comensal, que tiene múltiples posibilidades para poder picar.
Para ir abriendo boca, nos decantamos por unas “croquetas cremosas de tinta” hechas con la tempura típica de la fritura andaluza y con el tradicional guiso de chipirones en su tinta… ¡El mar en nuestras bocas!! y una “tortilla de camarones CROCHÉ XL”, fritas al momento… Son grandes, perfectas para compartir.
Sitio nuevo al que voy, procuro probar su ensaladilla rusa porque me encanta y, la “ensaladilla rusa a la andaluza” de patata machacada y ventresca de atún, de Bibo, está realmente rica. Continuamos nuestra experiencia culinaria con un “brioche cojonudo”, con desmigado de chorizo de Ronda, cebolla dulce, salsa chipotle y huevo de codorniz, que está como su propio nombre indica y, unos originales “baby hot dog” de salchicha ibérica, salsa tártara y cebolla frita.
Si os gusta el atún, aquí encontraréis un amplio apartado dedicado al atún salvaje de Almadraba. Que, ¿os gusta crudo?… Un “tataki sake de atún” o, ¿por qué no probar una tapa de “chuletitas de atún a la milanesa”? Si sois varios, os recomiendo el “Bibo family”: un T-bone de atún a la parrilla de carbón con hojas frescas de lechuga larga, aceite y limón… Se deshace en la boca.
Nosotros nos quedamos con las ganas de probar alguno de los “Clásicos Dani García”, que exporta directamente de su premiado restaurante marbellí, como el “gazpacho de cerezas”, la “tapa de yogur de foie” o el “milhojas de queso y foie con manzana caramelizada”, así que ya tengo excusa para volver.
El dos Estrellas Michelin se ha embarcado en una aventura que une su saber gastronómico a un local informal ofreciendo una cocina de producto, cuidada y repleta de sabor, sincera, inteligentemente actualizada y a precios más que atractivos… Hace posible disfrutar de un bocado diferente convirtiendo tu visita en una auténtica experiencia gastronómica… Y si eres de los que te van los brunch, los sábados y domingos lo hacen al más puro estilo neoyorkino ¿Te lo vas a perder?.
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