Cuando bañarse era una cura no un disfrute

Por Paola Arcones

Bañarse en público es en Occidente una costumbre bastante reciente que evolucionó gracias a dos fenómenos: los avances de la medicina y la aparición del deporte. 

El bañador no aparece hasta el siglo XIX y comenzó cubriendo completamente el cuerpo. Gracias al cambio en las costumbres, a lo largo del siglo XX  se pudo pasar del traje de baño decimonónico a las sucintas prendas de la actualidad.

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¡Chapuzón, chapuzón!

¿Quién se imagina ahora un verano sin bañador o sin bikini?. Hace cien años las mujeres no podían bañarse en el mar o en la piscina. Empezaron a hacerlo por recomendación médica al extenderse la creencia de que el agua salada era buena para la salud y, sobre todo, para poder procrear. Todo lo que estuviese relacionado con la sensualidad estaba prohibido. Se evitaba el exceso de tiempo en el agua para no acaparar miradas de los hombres, un hecho que obligaba a las mujeres a darse un baño rápido pero no nadar.

Fue a principios del siglo XX cuando Annete Kellerman, una de las nadadoras más transgresoras de la época, hizo una defensa pública para poder llevar bañadores de una sola pieza. Fue detenida por inmoral. Entonces, existían en las playas unos hombres conocidos como “medidores de bañadores” que se aseguraban de que los bañadores cumpliesen con el límite establecido en cuanto a la medida por encima de la rodilla

Gracias a Coco Chanel, se produjo un cambio en la mentalidad a nivel global, pues el estar bronceada dejó de considerarse de clase baja y cada vez las clases más acomodadas apostaban por ello.Es aquí cuando los trajes se acortan y se convierten en bodies, que cubren hasta la mitad del muslo, además de eliminarse las faldas para broncearse con el sol. ¿La pega? El tejido era de lana, por lo que al mojarse podían llegar a pesar hasta tres kilos.

Así hasta la actualidad

El bikini ha sufrido mil evoluciones, unas más descocadas que otras (véase el monokini) hasta llegar a la libertad absoluta en la que cada una elige su prenda fetiche: bañador, trikini, bikini…

Como la Semana Santa está a la vuelta de la esquina y el verano poco más o menos, os he preparado una selección de mis favoritos.

¿Por cuál os decantáis?. Yo últimamente soy más de bañador sobre todo en piscina, ya en la playa es otro cantar.

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