Cómo ayudar a personas que pasan por una depresión… En consulta, una de las preguntas más frecuentes que nos hacen es cómo ayudar a amigos o familiares que no se encuentran bien.
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Sin duda no es algo fácil, especialmente porque la preocupación y el desconcierto nos paralizan. A veces, desde ese mismo desconcierto, optamos por poner todo nuestro empeño en “animar” a la persona, en forzarla a salir de ese estado de tristeza. Parece que intentemos arrancar un motor que se ha parado.
No todas las personas que sufren lo hacen por los mismos motivos. Incluso muchas veces no podemos distinguir un suceso concreto que desencadenara la situación. Por eso, por la variedad de causas que pueden llevarnos a la depresión, lo primero será distinguirlas en la medida de lo posible. Cada una tiene su propio desarrollo y afectan de manera diferente al organismo, al cerebro o al comportamiento.
Por acercarnos a ella desde una perspectiva comprensible, hay depresiones o periodos de tristeza o abatimiento puntuales, que no duran mucho en el tiempo y que nos hacen perder el interés por las cosas placenteras. Nuestro humor cambia, sentimos fatiga y pérdida de vitalidad.
Por otro lado encontraríamos un profundo efecto en la personalidad, cuando nuestra confianza en nosotros mismos se ve afectada. Podemos perder nuestra autoestima y sentirnos muy desesperanzados. El sueño y el deseo sexual se ven muy afectados. Hay un sentimiento de culpa y reproche hacia uno mismo que entristecen y deforman las experiencias cotidianas.
En los casos más graves, las ideas de suicidio pueden acabar en intentos, o incluso en la muerte.
Es muy importante comprender la magnitud de esos sentimientos que caen como una losa sobre la persona. Bien pueden tener un origen biológico, deberse a un desequilibrio bioquímico o haberse desencadenado por problemas personales, abusos, divorcios o muertes en el entorno cercano.
Hay que dejar claro también que, aunque hay casos en que la depresión puede ser difícil de tratar, incluso muy persistente, pero eso no significa que no se pueda salir de ella o sus síntomas mejorar.
Entonces, ¿qué podemos hace cuando alguien que nos importa está pasando por esto?
Acompañar, no aconsejar
Aunque, cuando alguien cercano está sufriendo, nuestro primer impulso es recordarle lo bueno que hay en su vida, lo valioso y significativo, esto puede no tener un resultado positivo. De hecho, puede hacerles sentir culpables porque ¿por qué no pueden ellos ver todo eso? ¿Por qué no pueden sentirlo como tú lo haces?
Es mejor tener paciencia y tratar de comprender que no es una elección, sino un trastorno.
Estar cerca de ellos será muy importante. Ofrecerles nuestro apoyo y nuestro consuelo, demostrándoles que estamos ahí y que no les dejaremos de lado por el hecho de que no se encuentren bien.
Aunque nos pueda parecer que no es suficiente, no es así.
Ayudar no es solo cosa tuya
Es vital comprender que, como con cualquier problema de salud, se necesita de la ayuda de profesionales. Tener un médico de referencia, psicólogo y psiquiatra que atiendan convenientemente a la persona, con las que pueda hablar en libertad y que descarguen a la familia de la parte del problema que ellos no pueden asumir.
Además, ellos podrán asesorar también a la familia y enseñarles cómo afrontar los momentos más delicados. Están ahí para ayudar y para responder nuestras preguntas.
Cuídate
Para cualquier persona que cuida es fácil perderse en lo que el otro necesita. Nos enfocamos en hacer que el otro se sienta mejor y, a veces, en ese proceso, vamos descuidando lo que nosotros mismos precisamos para estar bien. No dejemos de lado a los amigos, el trabajo y los hobbies que tengamos. Necesitamos coger todo el aire posible para ser de ayuda.
Os deseamos una feliz semana y os recordamos que estar ahí es mucho más importante de lo que pensamos.
La depresión es un trastorno común que afecta a muchísimas personas y a sus familias. Con la ayuda adecuada, las personas mejoran y aprenden a convivir con ella o la superan.
Elena Sánchez-Porro Frías e Irene Albert Cebriá.
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