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Aprendiendo a elogiar a nuestros hijos – ¡Buen trabajo!

Aprendiendo a elogiar a nuestros hijos – ¡Buen trabajo!

A menudo los padres nos cuentan que les preocupa ser como “máquinas de decir NO”, siempre corrigiendo a los pequeños para que se comporten en público o interioricen las conductas básicas que queremos.
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Está claro que la educación es una tarea compleja y que a menudo lleva nuestra paciencia al extremo. Desde luego, hay un desafío enorme en la constancia y firme

elogiar-hijos-5za que padres, abuelos, cuidadores y demás deben mantener mientras educan.

Cualquiera de ellos sabe que, a veces, al acabar el día, se sienten exhaustos y ofuscados por el tono que se apodera de ellos. ¡No corras!, ¡no saltes!, ¡no grites!, ¡no dejes los zapatos tirados!

Los niños no suelen responder a la primera y nos vamos sobrecargando.

Hacer un cambio de chip en este sentido puede ser muy beneficioso para nosotros y para ellos, además extender su poder a otras áreas de nuestra vida como el trabajo o la pareja.

nino-miente-3Comenzar a hablar en positivo es difícil. La sociedad no está acostumbrada. Y en parte es porque la crítica puede hacerse sin mucha reflexión y rápidamente, mientras que El Elogio, esa importantísima herramienta educativa, requiere de profundidad y análisis para ser efectivo.

Lo primero que debemos procurar es formular lo que le estamos pidiendo al niño de la forma más sencilla posible y eludiendo el NO.

Un ejemplo podría ser: cuando llegamos a casa dejamos la mochila junto a la mesa.

También son buenos ejemplos “en casa se anda más despacio, porque podrías tropezar y golpearte” o “al acabar la merienda mete el plato en la pila”.

Como vemos nos anticipamos al momento en que aparece el conflicto. Lo hablamos antes de que toque dejar la mochila o colocar el plato sucio.

nino-miente-4Obviamente, durante el día van a suceder cosas que harán que nos alteremos, o no harán lo que les hemos pedido, o se pondrán en una situación peligrosa… Aquí es cuando es más probable que el famoso NO aparezca de nuevo.

Teniendo en cuenta que tratamos de hacer un cambio profundo sobre nuestra manera de hablar a los pequeños, a veces fallaremos y acabaremos pegando gritos. No pasa nada. La paciencia no sólo la tenemos con ellos, a veces tiene que ser con nosotros mismos.

De cualquier forma, siempre será mejor sacar al niño de la situación que no queremos que se dé y llevarlo a parte, de una forma tranquila y explicarle siempre qué queremos que haga.

La segunda parte quizá resulte más fácil: seamos observadores y estemos atentos al lo bueno.

Esto es esencial si queremos ver un efecto. Si el niño deja la mochila en su sitio digámosle ¡gracias! o ¡muy bien!

elogiar-hijos-2Estas sencillas palabras son muy eficaces con los más pequeños y bastan para que comprendan que lo han hecho bien, que estamos contentos y suelen sonreír o aplaudir con nosotros cuando lo logran.

Para niños más mayores se necesita más profundidad, ya que lo que les pedimos también es más complejo.

Si la demanda es que vayan a la mesa sin el teléfono móvil, por ejemplo, deberemos agradecérselo cuando acabe, de una forma sencilla y natural. Si sabemos que les habrá costado, ¿por qué no decírselo?

Y si estamos valorando su esfuerzo para preparar un examen o la forma que se han comportado con un compañero, reflexionemos sobre qué nos produce y comentémoselo.

Por ejemplo: “me ha encantado ver lo generoso que has sido con David, seguro que él te lo agradece” o “ese examen ha debido ser realmente complicado pero no te has rendido, enhorabuena, te has esforzado mucho”.

De esta forma ayudaremos a nuestros hijos a aprender a confiar en las cosas buenas que los demás pueden decir de él y a proyectar una mejor imagen de ellos mismos. De la misma forma ellos aprenderán a comunicarse con los demás de esta manera.

Todos los elogios, cuando son sinceros y significativos forman parte de una especie de almacén de autoestima, de buenos recuerdos y momentos importantes para ellos, que los hicieron sentir capaces, orgullosos y queridos.

PSICOLOGÍA CLAVE: Irene Albert Cebriá (CL-03674) y Elena Sánchez- Porro Frías (CL-03770).

 

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