Ana Obregón envía un mensaje a Alessandro Lequio: “Tu nieta te está esperando en casa porque eres su familia, está deseando conocer a su abuelo”.
Índice de Contenidos
- 1 Ana Obregón envía un mensaje a Alessandro Lequio: “Tu nieta te está esperando en casa porque eres su familia, está deseando conocer a su abuelo”.
- 1.1 “Es un homenaje a mi hijo y a todos los valientes que luchan por vivir”
- 1.2 “Él quería tener cinco hijos, pero ya adelanto que no voy a tener más nietos”
- 1.3 “Cuando tienes que enterrar a tu único hijo, cualquier crítica lo que me hace es cosquillas”
- 1.4 “Tu nieta te está esperando en casa porque eres su familia, está deseando conocer a su abuelo”
- 1.5 Related Images:
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Muy emocionada, este miércoles, Ana Obregón reaparecía ante los medios en nuestro país por un motivo muy especial: la presentación de ‘El chico de las musarañas’, el libro que comenzó su hijo Aless antes de su fallecimiento y que ella ha conseguido terminar.
“En 40 años nunca había visto a tantos periodistas en una presentación”, decía a su llegada al salón del Westin Palace de Madrid donde le esperaban más de cien medios de comunicación españoles y algunos internacionales y muchos fans. Y ante tanta expectación Ana intentó mostrar la mejor de sus sonrisas, aunque sin poder evitar emocionarse, vestida un alegre y primaveral diseño con estampado de flores y cuerpo en color turquesa de Rubén Hernández. Ana explicaba que por fin había conseguido quitarse el luto que llevaba vistiendo desde que perdió a su hijo, hace justo tres años.
En primer lugar, Olga Adeva, directora del área de no ficción de Harper Collins, comenzaba la presentación del libro explicando cómo se gestó la creación de ‘El chico de las musarañas’. “Cuando empezamos a trabajar primero recibimos los capítulos que había escrito Álex y vimos el gran talento, el sentido del humor y el carisma que él tenía. Habría sido un gran escritor. Ha sido un trayecto muy difícil para Ana que ha recorrido pasajes muy dolorosos y ha sido valiente y muy generosa“.
“Es un homenaje a mi hijo y a todos los valientes que luchan por vivir”
Sin poder evitar las lágrimas, Ana comenzaba diciendo: “Perdonadme, pero estoy súper emocionada… Lo primero que quiero es daros las gracias. En 40 años no he visto tantas cámaras ni tanto medios y os lo agradezco de corazón. Mi hijo decía: “Todo lo que haces en esta vida con amor, tiene eco en la eternidad”. Y eso es lo único que he hecho desde que se fue: hacer con amor lo que a él le hubiese gustado y no pudo hacer“.
“Uno de los deseos de mi hijo era publicar un libro que estaba escribiendo. En agosto de 2018, estábamos en Nueva Jersey, él se estaba sometiendo a un tratamiento de quimio muy agresivo y, aun así, yo lo oía teclear por las noches hasta las siete de la mañana. Un día le pregunté qué hacía y me dijo: ‘Estoy escribiendo un libro y quiero que, cuando lo finalice, se done todo a la investigación contra el cáncer, que es lo único que salva vidas’. Entonces no me dejó leerlo, pero sí me dijo que se llamaba El chico de las musarañas. Cuando yo era pequeña, cuando yo me evadía, mi madre y mi abuela me decían: ‘Ya está pensando en las musarañas’, y eso era lo mismo que yo le decía a él“, relataba mientras se secaba las lágrimas.
“Cuando Álex murió, ahí terminó todo. Mi hijo no pudo finalizar ese libro por culpa del maldito cáncer. Y yo sabía que ese texto estaba en su ordenador. Pero yo no sabía qué hacer con él ni cuánto había escrito. Dos años después, me armé de valor, llamé a su mejor amigo y le pregunté cómo conseguir la contraseña. Lo abrí y vi el talento que tenía mi hijo para escribir. ¡Y qué mierda que el cáncer le arrebatara el sueño de ser escritor! He estado nueve meses encerrada escribiendo esta obra que está escrita por una madre con el corazón mutilado. Es un canto a la vida y a la muerte. Es un homenaje a mi hijo y a todos los valientes que luchan por vivir. Está escrita con tinta roja de sangre“, explicó, una tinta roja que aparece en la portada del libro junto a una fotografía de madre e hijo en blanco y negro.
“Él quería tener cinco hijos, pero ya adelanto que no voy a tener más nietos”
Uno de los momentos más emotivos de la presentación fue cuando Ana explicó cómo durante la comida en la que iba a cerrar que se escribiera el libro, recibió una llamada inexplicable. “No sabía si tenía fuerzas para hacerlo, porque tenía que revivir momentos profundamente dolorosos. Llegamos a esa comida, estábamos allí cuatro personas y de repente comenzó a sonar mi móvil. Miro y la llamada era de Álex. Sí, de Álex. Y su teléfono llevaba dos años metido en un cajón. Susana (Uribarri) no sabía ni qué decir e igual que las otras dos personas de la editorial. Dije ‘esto es una señal’. Hay gente que está ciega y dice ver para creer, pero a mí eso me dio fuerzas. Era lo que quería mi hijo“, confesó.
Aunque antes de la presentación se había explicado que Ana solo hablaría del libro, era inevitable que los periodistas le preguntaran por su nieta, la pequeña Ana: “Mi hijo tenía tres deseos: tener un hijo, que era lo que más deseaba, escribir un libro y crear una fundación para investigar sobre el cáncer. El libro lo empezó él, luego yo cree la fundación y luego llegó Anita. Ya he cumplido sus tres deseos. Él quería tener cinco hijos, pero ya adelanto que no voy a tener más nietos“, aclaró. Y añadió que la pequeña es su rayo de luz ante tanta oscuridad vivida. Bromeó además con cómo ha cambiado su vida desde el nacimiento de la niña, el pasado 20 de marzo. “Repíteme la pregunta, por favor, que entre el jet lag y los biberones de noche no duermo nada“, bromeó.
“Cada noche le cuento un cuento y hablo a Anita de su padre. Además, a las nueve de la noche miro al cielo con ella en brazos para recordar a Álex. Con la llegada de Anita he vuelto a creer que dios existe, algo que había descartado después de la muerte de mi hijo. Creo que me merezco un poquito de felicidad“, añadía.
“Cuando tienes que enterrar a tu único hijo, cualquier crítica lo que me hace es cosquillas”
También ha dado su opinión sobre las críticas recibidas por parte de un sector de la población e incluso de la clase política tras haber recurrido a la gestación subrogada para traer al mundo a su nieta. “A mí no me interesa nada lo que diga nadie. Cuando tienes que enterrar a tu único hijo cualquier crítica lo que me hace es cosquillas. Cuanto más me critiquen más cosquillas me hacen. Cosquillas absolutas y me imagino que les habrá venido bien para no ver todas las chapuzas que están haciendo“… “A mí lo que me importa es el milagro de abrazar un trocito de cielo cada segundo de mi vida el tiempo que dure“. Y añadía que su nieta “está recibiendo todo mi amor, el de sus tíos, que son 12, el de sus primos… Cuando yo no esté va a estar más protegida que la hija de Robert De Niro“, refiriéndose a la paternidad del actor a los 79 años.
“Tu nieta te está esperando en casa porque eres su familia, está deseando conocer a su abuelo”
Durante el turno de preguntas, Ana también ha respondido si Alessandro Lequio, padre de Álex y abuelo de Anita, está de acuerdo con el libro, sobre si lo ha leído o sobre si le gustaría que conociera a la pequeña. A lo que ella, muy sincera le envía un mensaje públicamente: “Alessandro, llevas un mes que no me escribes, no sé que te pasa. Tu nieta te está esperando en casa porque eres su familia, está deseando de conocer a su abuelo“.
“Alessandro ha tenido las puertas de mi casa abiertas desde que nos separamos para ver a su hijo cuando quisiera. Tiene la casa abierta para ver a su nieta. Yo no puedo obligar a un abuelo a ver a su nieta, pero sé que a Álex le haría muy feliz que conociera a su hija, eso sí lo sé. No estoy dolida, le respeto. Tiene su familia, su hija… pero tiene las puertas abiertas para cuando quiera venir. Yo sé que cuando Anita crezca le gustará saber que, a parte de una abuela, tiene un abuelo, que está rodeada de amor”.
“Respetar a un hijo no es guardar silencio sino hacerle un homenaje cada día“, decía, aludiendo de manera velada a las palabras de Alessandro asegurando que a su hijo no le gustaría que se hablara de él y que por eso él no lo hace. “Y esto no va con segundas”, añadió con ironía. Finalmente, después de más de una hora de preguntas, Ana Obregón concluía su intervención con una bonita frase: “Si hoy mi hijo leyera el libro me diría: Brava, mamma”.
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