Ana Obregón abre su corazón “roto” en su entrevista más difícil para la revista ‘¡Hola!’: “Me quería ir, no podía soportar el dolor y lo pensé dos o tres meses“.
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El apoyo incondicional de Alessandro Lequio a Ana Obregón
Ana Obregón y Anne Igartiburu darán las Campanadas en RTVE
Seis meses después de perder a su hijo Aléx Lequio, Ana Obregón ha abierto su corazón para ofrecer una extensa entrevista a la revista ‘¡Hola! donde confiesa cómo se encuentra después de la triste y dura pérdida de su hijo: “Esta va a ser la entrevista más difícil de mi vida. Hoy ha sido el primer día en seis meses que no he llorado todavía“.
Desde que le diagnosticaron su enfermedad, Ana Obregón no se separó en ningún momento del lado de su hijo durante su lucha contra la enfermedad, un tiempo que ambos vivieron con determinación. “Siempre le dije la verdad, menos al final; él ya tampoco preguntaba. Los últimos meses fueron de una crueldad que no se puede explicar”, confiesa.
“En este mundo hay dos tipos de personas: los que han perdido un hijo y los que no. No es dolor por autocompasión, me duele por él… Él tenía 27 años y quería vivir… Me parece una injusticia tan grande que el dolor que tengo es su dolor”. Y añade: “Esta va a ser la entrevista más difícil de mi vida. Hoy ha sido el primer día en seis meses que no he llorado todavía. Pero he leído que las lágrimas son sanadoras. Necesitaba estar sola, en silencio y llorar, porque el dolor si se evita, se magnifica. Y quiero vivir este luto, este duelo, porque es lo que él se merece. Yo no quiero hacerme la fuerte, he sido fuerte cuando Álex necesitaba agarrarme fuerte de mi mano, que nunca tembló. Pero ahora no. Ahora estoy en la fase de la desolación. Tienes un sentimiento terrible de impotencia, ves lo que es la realidad y es insufrible. No es una depresión, para nada, pero se mezclan el dolor, la eternidad de la ausencia… Es así y hay que pasarlo”.
“Perder un hijo es morir y tener la obligación de vivir”
Sobre su nueva vida sin su hijo Álex, reflexiona: “Perder un hijo es morir y tener la obligación de vivir. El día que nació mi hijo, ese día nací yo. Antes no había vivido. Me dio la vida él a mí. No se la di yo a él. Por eso, el día que se fue, pues me fui yo y lo único que sé es que jamás volveré a ser la misma. (…) Yo quiero vivir este luto, este duelo. porque es lo que Álex se merece. Se merece integridad del duelo, yo no quiero hacerme la fuerte, lloro todos los días. A veces, me pregunto de dónde me salen tantas lágrimas”.
En sus páginas, la actriz y presentadora asegura que va “todos los días” al cementerio: “Voy todos los días al cementerio. Porque, en ese lugar, yo me siento todos los días y medito, y encuentro que él, aunque ya no esté, está más cerca y eso me consuela“… “La ausencia y su silencio es algo que te desgarra por dentro. Mi reloj interno se ha parado. Cómo es posible que la gente siga viviendo. Me extraña y me asombra que el resto de la gente sigue como si nada hubiera pasado“. Y añade: “Me arrepiento de tanto trabajo, de no haber estado más con él, de haber pasado más tiempo juntos de pequeño, por ejemplo. Porque eso es la vida. Dedicar tiempo y amor a las personas que quieres“.
“Hasta dos días antes de su muerte yo pensaba que iba a salir adelante. Estaba convencida”
Ana Obregón confiesa que nunca perdió la esperanza y cuenta ahora cómo fue la dura despedida de su hijo: “Hasta dos días antes de su muerte yo pensaba que iba a salir adelante. Estaba convencida. Por mucho que me dijeran que era muy grave, yo jamás perdí la esperanza. Hubo un momento en que se sentaron cinco médicos para decirme que ya no había nada que hacer. Y yo dije: ‘Siempre hay algo que hacer’ Y seguimos luchando”, relata. “El lunes 11 de mayo los doctores me dijeron que ya, que no se podía hacer más. Tuve 48 horas para hacerme a la terrible idea de que me niño se iba para siempre. La última noche se puso Alessandro a un lado de la cama y yo al otro. Le agarramos la mano… y así se fue. Entonces yo me quedé abrazada mucho tiempo a él. No sé cuanto, cinco horas o así, hasta que vinieron mis hermanas”, relata con desgarro.
Y, aunque nada será lo mismo tras su triste pérdida Ana intenta regresar y recuperar su vida, gracias al apoyo y cariño de la gente que la quiere: “Ahora, poquito a poco, con el amor de la gente que me quiere, mis amigos, mi familia, todo lo que recibo de España, la fuerza que me da Álex…, este corazón roto se va a ir recomponiendo“… “La primera llamada que tuvimos fue la del rey Juan Carlos. Y tras él, la reina Sofía. Me emocionaron mucho. Al llegar a España, los reyes Felipe y Letizia. Estoy muy agradecida“.
“Quiero hacer cosas, cosas que Álex quería hacer y no pudo. Quiero seguir su legado“
En este año tan triste y duro para todos, Ana despedirá el 2020 con los españoles, y dará las Campanadas en La 1 junto a Anne Igartiburu. “Lo que vais a ver es el corazón más bonito, porque lo estoy trabajando tanto para que se vuelva a unir todo…“.
Además ya está poniendo en marcha el que será su proyecto más deseado: una fundación con el nombre de su hijo que se dedicará a la investigación del cáncer. Una idea que salió del propio Álex Lequio al final de sus días y que ella quiere continuar su legado. “Él estaba ilusionadísimo. Lo hablábamos en el hospital, al final. Él me decía: ‘Quiero que todo lo que tengo, todo lo que he ganado, vaya a la fundación“, explica. Y desvela que los beneficios de esta entrevista exclusiva irán destinados a la Fundación Álex Lequio. “Ya la estoy creando y la estoy registrando. Es lo que me ha dado las fuerzas para seguir viviendo”, revela Ana quien confiesa que durante los primeros meses tras la muerte de su hijo sólo quería irse con él: “No te voy a mentir, lo he pensado hacer. Me quería ir. No podía soportar el dolor ni la realidad y lo he estado pensando durante dos o tres meses“. Pero precisamente ha sido Álex quien le ha dado la fuerza para seguir adelante: “Quiero hacer cosas, cosas que Álex quería hacer y no pudo. Quiero seguir su legado“.
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