¿Te has llegado a plantear qué es lo que ocurre cuando has pasado un rato con una persona y te ha dejado con mal cuerpo, sin energía y totalmente KO emocionalmente hablando?. Probablemente has estado con la compañía de un amigo tóxico, conocido lúdicamente como vampiro emocional.
En un principio, cuando conoces a estas personas y como si de un vampiro de película se tratase, se muestran seductoras, encantadoras y una vez les invitas a entrar en tu vida, hacen de las suyas. Son personas egoístas con un vacio interior que quieren llenar contigo y que tú se lo llenes. A diferencia de los vampiros que conocemos, estas amistades tóxicas se alimentan de tus emociones y energía y no de tu sangre; no te matan, te emboban y te esclavizan para seguir chupando eso que necesitan: tu atención, tu admiración, tu tiempo…
Como decíamos en el párrafo anterior, inicialmente se muestran personas joviales a las que todo le va de maravilla, pero realmente son individuos con complejos, amarguras, envidias, con problemas emocionales, necesitando escupir todas sus frustraciones con el primero que pillan, sin antes utilizar diferentes excusas y tretas para atraer su atención (charlatanería rápida para que no te dé tiempo a pensar, chantaje emocional, se presentan como víctimas, te hacen sentir importante porque satisfaces su necesidad a la vez que te hacen sentir inferior, etc.)
Las personas que suelen captar se caracterizan por ser educadas, con un gran sentido ético y moral, o que simplemente por no saber decir que no, no entran en su juego y soportan sus chaparrones.
La trampa de estas amistades tóxicas es que solemos pensar: “Bueno, si necesita estos recursos míos, y le puedo ayudar a solucionar esa necesidad, pues le doy una transfusión”. Lo malo es que por más que absorba tu tiempo, tu atención, tu autoestima, no va a mejorar y su necesidad va a ir en aumento, estando cada vez más hambriento. El vampiro o vampiresa emocional se alimenta de todos esos recursos no porque sea la cura a sus problemas, sino porque los necesita para sobrevivir.
Probablemente, muchos de vosotros ya tendréis en vuestras mentes la imagen de uno de esos vampiros y os estaréis preguntando: “¿Cómo puedo evitar ser vampirizado?”. Lo primero de todo es preguntarnos: “Si esta persona es tan maravillosa como dice ser, ¿Por qué me necesita?”, “Si es tan autosuficiente, ¿Por qué necesita de otros?”, “¿Por qué necesita hacer sentir a otros mal, para sentirse él/ ella bien?” “¿Por qué me hace creer que valgo menos y está a mi lado?” A través de este análisis, nos daremos cuenta de las incongruencias en la actuación del vampiro.
Así mismo esta reflexión nos permitirá ser conscientes de cuan recíproca es la relación con esa amistad tóxica: “¿Es realmente una relación recíproca? “ ¿Estoy recibiendo lo que yo le doy?”.
El vampiro emocional ante tus necesidades se retira velozmente utilizando frases y excusas tales como: “Ui, estoy muy liado, no tengo tiempo”, “¡Me ofende que pienses que no quiero ayudarte!”. Esta es una clara señal de que no está dispuesto a ofrecerte lo mismo que tú has hecho por él/ella. Por lo tanto, otra clave para evitar caer en las garras del vampiro es tener claras nuestras necesidades: “Yo también necesito que me escuches” “Yo también quiero tu cariño”. Esto va a facilitar el ponernos a salvo, establecer límites y no permitir que nos hablen y traten de un forma que nos haga sentir utilizados y menospreciados.
Cómo habréis visto, los vampiros emocionales son expertos en utilizar la confusión y el miedo para controlarnos y absorber nuestra fuerza y energía positiva. Muchas veces aun siendo conscientes de que son amigos tóxicos y auténticos vampiros, nos dejamos atrapar por ellos, por miedo a la soledad, tema que trataremos en el próximo post. Es importante evitarlos y no renunciar a nosotros mismos para vivir una vida plena y satisfactoria.
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