Ainhoa Arteta reaparece en ‘El Hormiguero’, tras estar al borde de la muerte: “Me salvé por los pelos”.
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Ainhoa Arteta habla por primera vez tras su amputación de dedos
El apasionado beso de Ainhoa Arteta a Jordi Cruz
Este jueves Ainhoa Arteta ha concedido su primera entrevista en televisión, en ‘El Hormiguero’, después de superar una septicemia que estuvo a punto de costarle la vida, para “celebrar la vida“. Y es que la cantante lírica, muy ilusionada, volverá a subirse a los escenarios en el Teatro Marquina de Madrid con ‘La Bohème’.
Recordemos que el pasado verano una septicemia estuvo a punto de costarle la vida. Y, a causa de la grave infección que sufrió tuvieron que amputarle varias falanges de la mano y el pie. Ese duro trance la ha mantenido alejada de la vida pública desde entonces, pero la prestigiosa soprano ya está de vuelta.
Durante la entrevista, Ainhoa Arteta ha desvelado uno de los episodios más duros de su vida. “Estuve a punto de morirme, pero no me enteré prácticamente hasta después“. La causa fue un cólico nefrítico que se complicó. “Me provocó un fallo multiorgánico, me tuvieron que inducir el coma durante o cuatro o cinco días. Del coma me salvé por los pelos“. Y, paradojas de la vida, salió adelante gracias a la penicilina, un fármaco al que es alérgica. “Como todos los cantantes y deportistas, me he medicado muchas veces con antibióticos. Entonces, mi cuerpo ha generado resistencia a ellos, así que me moría. Al final fue, o se muere, o le metemos la penicilina y si le da una reacción alérgica muy fuerte se muere también, pero no nos queda de otra“, confesaba.
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Una preocupante situación de la que se enteró después. “Cuando me pasó estaba en Puerto Sherry (Cádiz), y me tuvieron que llevar en helicóptero al Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Una de las cosas que más terror nos puede dar a los cantantes líricos es que nos entuben, porque pasa por las cuerdas vocales y es peligroso“. Por ello, cuando oyó que habría que entubarla, lo último que recuerda es que agarró a uno de los sanitarios para evitarlo. Lo siguiente que recuerda fue despertarse, y encontrarse la mano derecha y los pies negros, tras haber perdido varias falanges. “En el coma no sé que medicinas utilizan, pero hacen que no te llegue el riego a las extremidades. Se me salvó la izquierda porque está cerca del corazón y llegaba más sangre“, ha explicado la soprano. Además, ha explicado que le costaba hablar. “Quería decir una palabra y me salía como rara al principio“.
También, tras pasar 10 días en una UCI covid-19, ha querido subrayar la gran labor de los profesionales sanitarios. “En ese tiempo he podido observar cómo están trabajando contra la pandemia, y que es inconmensurable el valor de todos los sanitarios y los médicos ante esta situación. Unos vuelos, unas carreras… Increíbles“. Y añadía: “En este país, los auténticos guerreros están siendo los sanitarios“.
“Cuando vi que había la posibilidad de quedarme sin voz, sí que me entró un miedo muy grande“
En su entrevista con Pablo Motos, también ha confesado las secuelas en las cuerdas vocales que le provocaron la entubación. “Es tabú, me dicen que no lo cuente, pero hombre sí lo voy a contar… Para lo que me queda en el convento…“, bromeó. “Es verdad que mi lesión fue por una entubación. Se cerró una de las glándulas que genera saliva y glucosa para seguir lubricando la cuerda. Esto empezó a dar la cara en septiembre, y en octubre me quedé sin voz“. Al cerrarse esa glándula, “se estaba formando una especie de quiste de mucosa y cada vez se estaba haciendo más grande porque tampoco podía medicarme para bajar la inflamación. He tenido cuatro operaciones en pocos meses“.
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Ante la posibilidad de no poder volver a cantar, fue entonces cuando realmente se asustó. “Cuando vi que había la posibilidad de quedarme sin voz, sí que me entró un miedo muy grande”. El 3 de noviembre le operaron la cuerda vocal abierta. El médico le dijo que podría volver a cantar, pero que tardaría en reponerse vocalmente de seis meses a un año.
Y sin embargo, su recuperación ha ido fenomenal y está lista para volver a subir a los escenarios. “Cantar me sana, me cura. Volver a poder sentir esos grandísimos autores que pasan por mi cuerpo a través de las cuerdas vocales es de las cosas que más he apreciado, además de volverme a ver viva”, confesaba. Y finalizaba afirmando que ha “cambiado el chip” muchísimo… “Cuando has estado a punto de morirte la vida se ve de otra manera“.
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