Rafael Amargo, abandonado por su abogado, Jaime Caballero, mientras continúa en prisión: “Su único interés es cuánto le van a pagar por una exclusiva“.
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Así han sido las “angustiosas” primeras 48 horas de Rafael Amargo en la cárcel
Rafael Amargo detenido, de nuevo, por tráfico de drogas
Rafael Amargo no pasa por su mejor momento… El bailaor se encuentra en la cárcel de Soto del Real en prisión provisional por existir un riesgo de fuga y por un “quebrantamiento reiterado” de la obligación de firmar cada semana, una condición que le impusieron, y que ha incumplido.
Una medida que le fue impuesta el pasado 7 de junio, cuando Amargo esperaba ser juzgado como presunto cabecilla de un grupo que traficaba con droga y que vendía desde su piso del barrio de Malasaña, en Madrid.
El juicio fue pospuesto y se fijó para el próximo 8 de abril de 2024, cuando el bailaor se enfrentará ante la justicia, acusado por un delito contra la salud pública por el que la Fiscalía le solicita 9 años de prisión.
La Fiscalía le solicita 9 años de prisión
Y, por si esto no fuera suficiente, la situación ahora se ha complicado más… El que ha sido su abogado, Jaime Caballero, ha dejado de representarle, tal y como ha reconocido a ‘ABC’. Según el medio citado, el letrado asegura que presentó un recurso de súplica para que su cliente pudiera abandonar la cárcel, pero “no se ha molestado ni en leérselo“.
“Su único interés es saber cuánto le van a pagar por una exclusiva cuando su defensa lleva meses trabajando para él”, añade. “Esto es una falta de respeto para cualquier profesional que se precie. Espero que mi recurso prospere pero no seré yo quien vaya a Soto a recogerle a la salida”.
El abogado asegura que “no hay un entendimiento” entre ellos“. “El trabajo de abogado es de absoluta confianza entre ambas partes y cuando esa confianza ya no existe, obviamente, yo no me siento cómodo defendiendo a mi cliente“, reconoce.
Por ello, ha dado “orden a la procuradora de que renunciase a todos los asuntos tanto en Madrid como en Alicante“. “Hemos trabajado mucho y ni agradecido ni pagado. No es justo. Lo siento por los pobres padres“, concluye.
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