Criar a los hijos es una gran responsabilidad y un trabajo duro. Y el mayor número de problemas psicológicos lo tienen los padres durante la pubertad de sus hijos, es decir, en la adolescencia.
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La adolescencia es una etapa en la que el niño empieza a rebelarse contra sus padres y buscar su propia identidad. Esto puede ser muy difícil de manejar para los padres, ya que se sienten amenazados por la independencia de sus hijos.
A menudo, las madres ven a sus hijas adolescentes como una versión miniatura de sí mismas y tratan de protegerlas y guiarlas en este período de cambios. Pero la adolescencia es una época en la que las chicas empiezan a cuestionar los roles que se les han impuesto y buscan su propia identidad.
También es muy común que las madres violen la privacidad de sus hijos adolescentes, por ejemplo, utilizando aplicaciones de control parental para hackear facebook u otras redes sociales y releer la correspondencia de su hija, mientras que los adolescentes necesitan su propia zona de privacidad a medida que crecen.
En este artículo, vamos a dar una visión psicológica de la relación entre madres e hijas adolescentes. Se trata de un tema complejo, pero esperamos que este artículo sirva para aclarar algunas cuestiones y ayudar a mejorar las relaciones madre-hija.
Características del crecimiento
La adolescencia es una etapa de rápido crecimiento físico y mental. Los cambios hormonales producen cambios en el cuerpo, la mente y el comportamiento. Es normal que los adolescentes se sientan inseguros, confundidos y ansiosos.
Los adolescentes tienden a ser más impacientes e impulsivos, lo que puede conducir a conflictos con los padres. También son más rebeldes y se sienten atraídos por actividades peligrosas. Esto se debe a que el cerebro adolescente está en un proceso de maduración y no siempre es capaz de controlar las emociones.
Los adolescentes necesitan sentirse independientes y autónomos, pero también necesitan el apoyo de sus padres. Es importante que los padres comprendan esta dualidad y encuentren un equilibrio adecuado.
Posibles problemas
Durante la pubertad, la madre puede encontrar las siguientes manifestaciones nuevas de su hija:
* La hija puede ser más rebelde e independiente.
* Puede haber cambios en el comportamiento, como la irritabilidad, los cambios de humor y el aislamiento social.
* La hija puede mostrar actitudes negativas hacia la familia y los amigos.
* Puede haber cambios en el rendimiento escolar.
* La hija puede tener problemas para dormir o comer.
* Pueden surgir problemas de conducta, como el consumo de alcohol o las drogas, el truancy y el bullying.
Complejos
Una chica puede pensar que es poco atractiva, a diferencia de otras, y preocuparse por ello. Esto puede dar lugar a complejos. Los complejos son muy comunes en la adolescencia y suelen mejorar con el tiempo.
Los problemas de conducta, como el consumo de alcohol o las drogas, pueden ser un intento de llamar la atención o escapar de los problemas. También puede ser una forma de rebelión contra los padres.
Secretos
Al pasar de niña a niña, su hija puede volverse más reservada y taciturna, y usted puede no saber lo que le pasa por la cabeza. Es posible que su hija tenga secretos, ya sean pequeños o grandes.
Algunas chicas adolescentes son más abiertas y les cuentan todo a sus madres, pero otras prefieren mantener sus pensamientos y sentimientos para sí mismas. Esto es normal y no hay nada de qué preocuparse.
Engaño
Aunque siempre le hayas enseñado a tu hija que engañar es malo, es posible que se sienta tentada a hacerlo durante la adolescencia. Los adolescentes a menudo mienten para escapar de la disciplina o el castigo, o para protegerse de las críticas.
Algunos adolescentes mienten porque no quieren herir los sentimientos de sus padres. Otros mienten para conseguir lo que quieren o para evitar problemas.
Amigos “inadecuados”
Los adolescentes pasan mucho tiempo con sus amigos y están influenciados por ellos. Es posible que su hija quiera hacer amigos con los que no esté de acuerdo.
Los adolescentes a menudo buscan la compañía de personas que les resulten atractivas o interesantes, independientemente de si sus valores coinciden con los de sus padres.
Errores comunes en las relaciones
A veces, los padres cometen errores que pueden dañar la relación con su hija adolescente. Algunos de estos errores son:
* No escuchar: Los adolescentes necesitan sentir que sus opiniones y sentimientos son valiosos.
* No ser consistentes: Los adolescentes necesitan reglas claras y límites firmes.
* Ser demasiado críticos: Los adolescentes necesitan el apoyo de sus padres, no su crítica.
* No darles espacio: Los adolescentes necesitan tiempo y espacio para explorar su independencia.
Situaciones conflictivas
Madres e hijas no siempre encuentran un terreno común, y surgen conflictos y peleas. Está en su mano minimizar estas situaciones desagradables. Recuerda siempre que tú también fuiste un adolescente. Cómo te sentiste entonces, y cómo te sentirías si tu madre actuara de la misma forma contigo. Cuando surja un conflicto de intereses, debe ser lo más discreto posible al explicar su posición, de manera que su hija pueda entender sus puntos de vista y, eventualmente, llegar a un compromiso.
No te metas en su alma si no quiere abrirse. Actúa con delicadeza, comparte tus historias con ella y puede que quiera abrirse a ti. Una adolescente es inestable, su psique está sujeta a constantes cambios, y no debes herirla con tus acciones o palabras.
Además, si has tenido una relación establecida con tu madre, toma nota y aplica sus métodos de crianza para no arruinar la relación con tu hija. Y si, cuando eras adolescente, sentías que tu madre se comportaba de forma inadecuada, no repitas sus errores al educar a tu hija. Lo más importante es que aprendas a ver a tu hija como una futura adulta y te des cuenta de que eres tú quien está sentando las bases del futuro carácter de tu hija y de su relación con el mundo que la rodea.
La clave para una relación de confianza con una hija adulta es la sinceridad. No te escondas nada de ella, mantén una actitud abierta ante todo y cuando cometas un error, admítelo y pide disculpas. Tampoco le ocultes los problemas que surjan en tu vida personal o familiar, incluidos los suyos propios. Al hacer esto, le estarás dando un buen ejemplo y demostrando que confías en ella.
Crea una especie de código de psicólogo para mantenerte en contacto con tu hija y así ayudaros mutuamente a superar los problemas. Y si en algún momento sientes que no puedes con todo, acude a un profesional de la psicología para que te oriente y te ayude a mejorar tu relación con tu hija adolescente.
Intenta incluir cláusulas como ésta en el código de psicólogo:
* No juzgues ni critiques: la mayoría de los adolescentes son muy críticos consigo mismos y no necesitan que sus padres aumenten su autoestima.
* No te rindas: si tu hija se aleja de ti, no te rindas; sigue intentándolo.
* No te tomes las cosas personalmente: recuerda que los adolescentes son muy egocéntricos y no siempre tienen en cuenta el efecto de sus palabras o acciones en los demás.
* Acepta a tu hija como es: no trates de cambiarla, simplemente acepta sus defectos y virtudes.
* No te olvides de ti mismo: cuando estés enfadado o preocupado por tu hijo adolescente, tómate un tiempo para ti; haz algo que te ayude a relajarte y a olvidarte de tus problemas.
En resumen, ser madre de una adolescente no es fácil, pero tampoco es imposible. Si sigues estos consejos y te mantiene en contacto con tu hija, puedes superar este difícil momento de la vida de ambas. Y si surgen problemas, no dudes en acudir a un psicólogo para que os ayude a mejorar vuestra relación.
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