El estrés, miles de actividades y un ritmo de vida acelerado nos han hecho actuar de modo automático, tanto así, que nos hemos desconectado de nuestras emociones y sensaciones, lo que al final, nos ha llevado a adoptar prácticas que pueden ser perjudiciales para nuestra salud.
Una de estas es la relación que establecemos con la comida, la que muchas veces se basa en comer sin importar el cómo, el qué o el porqué de lo que nos llevamos a la boca. Por ejemplo, cuando utilizamos la comida como una forma de calmar sentimientos que nos incomodan, o cuando comemos tan rápido y no nos damos cuenta de lo qué ingerimos, estamos alimentándonos de forma inconsciente. Hay momentos en los que incluso, aceptamos cualquier alimento que nos permita comer rápido, dejando que ultra procesados o precocinados (con bajos perfiles nutricionales), sean parte de nuestra dieta con más frecuencia que los alimentos recomendados.
Restamos importancia al acto de comer, y lo que hacemos es proveer de comida al cuerpo y, en muchas ocasiones, no alimentamos, ni el cuerpo ni la mente. Alimentarse de forma inconsciente es un mal hábito alimentario, y de cualquier forma, siempre que busquemos opciones saludables y equilibradas para sentirnos bien por dentro y por fuera, hay que poner la lupa en la alimentación y en la forma de hacerlo. De modo que si, por ejemplo, queremos perder peso, estar en buena forma y tener una vida sana, es importante adoptar una alimentación consciente. En una alimentación consciente el placer de comer implica poner en juego todos los sentidos, reconociendo pensamientos, sensaciones y emociones que surgen asociadas con la comida. La alimentación consciente consiste en mirar los alimentos y disfrutarlos de manera plena, sobre todo, libre de remordimientos.
La alimentación consciente es una práctica alimentaria que intenta, no solo ayudarnos a mejorar la manera en que comemos, sino que forma parte de una alimentación saludable, sobre todo, cuando queremos seguir una dieta para adelgazar y tener buena salud corporal. Para cualquier programa de pérdida de peso, desde dietas para adelgazar 10 kilos de forma sana y sencilla, hasta dietas personalizadas para perder de 15 a 20 kilos o más, la alimentación consicente es clave, ya que ayuda a concienciar sobre el valor de los alimentos y la relación que debe establecerse para disfrutarlos sanamente y sin culpas.
En este post queremos hablarte sobre qué es, cuáles son los beneficios que proporciona a tu salud y cómo poner en práctica la alimentación consciente.
¿Qué es la alimentación consciente?
¿Qué significado tiene una alimentación consciente? ¿Cuándo hablamos de una alimentación consciente? El término de “Alimentación Consciente” deriva del “Mindfulness” que hace alusión a la capacidad de prestar atención al momento presente con interés, curiosidad y aceptación. Aplicando el término a la alimentación (mindfoodnes), estaríamos hablando de la capacidad que se tiene para prestar mayor atención a todo lo que está vinculado al acto de comer. Una alimentación consciente:
- Busca que hagamos consciencia de las sensaciones fisiológicas y emocionales propias del proceso de alimentación.
- Insta a que aprendamos a percibir la saciedad y detectemos la diferencia entre hambre fisiológica y hambre emocional o antojo.
- Nos permite escuchar a nuestro cuerpo e identificar los signos o señales que indican el momento de comenzar o finalizar la ingesta de alimentos.
- Incentiva una relación más sana con la comida.
Alimentarse conscientemente implica relacionarse con los alimentos a través de la conciencia plena, es decir, busca que nuestra forma de vincularnos con la comida sea no solo desde el punto de vista fisiológico, sino mental y emocional.
La alimentación consciente no es una dieta específica, ni un recurso o una estrategia que se utiliza solo cuando se desea perder peso, sino que es una forma de alimentarnos cuya meta no es más que, mejorar la forma en que comemos. En fin, es la mejor manera de despertar el placer consciente del acto de comer.
Beneficios de la alimentación consciente
Si hacemos un ejercicio de consciencia y nos detenemos a pensar en la forma en que nos alimentamos, fácilmente nos vamos a dar cuenta de lo mucho que se modificaría la misma y nuestro menú semanal, si prestamos mayor atención a todo lo relacionado con comer.
Hoy en día, no somos conscientes de la forma de alimentarnos, simplemente nos llevamos a la boca cualquier comida sin hacer ningún tipo de reflexión sobre lo que comemos o de lo que sentimos (si realmente tenemos hambre o son simples deseos de comer). La alimentación consciente busca desarrollar un comportamiento contrario, es decir, promueve el rescate de señales internas olvidadas, que nos hace ser más racionales frente al acto de comer. Entre los beneficios de la alimentación consciente podemos mencionar:
- Previene la obesidad y otros trastornos alimentarios como los atracones, ya que nos ayuda a comer por necesidad y no por antojos.
- Desarrolla la capacidad de realizar ajustes para brindar a nuestro organismo lo que necesita, sin dejar de sentir el placer de comer.
- Mejora hábitos alimentarios.
- Ayuda en el control y en la pérdida de peso.
- Permite disfrutar a plenitud de la hora de la comida y de la experiencia de comer.
La alimentación consciente puede ofrecer muchos beneficios a nuestro organismo, especialmente, cuando se sigue una dieta saludable para adelgazar o cuando se requiera acelerar el metabolismo. Por ejemplo, se reducen las tentaciones de comer por ansiedad, se minimizan los antojos y se optimiza el tamaño de las porciones de alimentos que se ingieren. Por estas y muchas otras razones, cuando nos hacemos conscientes de la alimentación, podemos evitar conductas nocivas al momento de comer que, a corto, mediano o largo plazo, sin duda, perjudican la salud.
¿Cómo poner en práctica la alimentación consciente?
En este punto, nos preguntamos ¿Cómo poner en práctica la alimentación consciente? Se trata de un proceso cuyos resultados no se consiguen de un día para otro. Se requiere de un abordaje integral de la mano de profesionales en nutrición, y de entrenamiento emocional, conductual y cognitivo. Sin embargo, entre los recursos más usados para poner en práctica una alimentación consciente encontramos:
- Para centrarte en el presente: en el momento de comer toma un vaso de agua y haz un par de respiraciones antes de comer.
- Involucra los cinco (5) sentidos y conéctate con la comida. Siente el olor de los alimentos, reconoce las texturas y los colores y, por supuesto, disfruta de cada bocado.
- Sirve siempre raciones moderadas y toma bocados pequeños. Una buena estrategia es utilizar platos pequeños. Gracias a esto enviarás a tu cerebro la sensación de que comes suficiente.
- Trata de dejar comida en el plato. Con esto cambiamos la idea de que hay que comer todo lo que está en el plato.
- No comas rápido e intenta comer con tu mano no dominante. Incluso para sentirnos más satisfechos, mastica lentamente y disfruta de la comida.
- Cuando tengas comida en la boca, deja el cubierto sobre la mesa; esto ayudará a que comas más lento.
- Come en un lugar tranquilo, agradable, sin ruidos ni interrupciones. También la forma de servir los alimentos es importante, trata de que sea en una mesa bonita y ordenada.
- Cocina tus alimentos. Es una forma de conocerlos, saber de qué están hechos, sus propiedades y lo importante de valorarlos.
- Evita la sensación de comer y quedar lleno. Evalúa crear una escala de satisfacción y coloca tu nivel de satisfacción en dos o tres puntos por debajo del máximo puntaje, para ello come primero lo que más te guste de lo servido y luego el resto.
- Siéntate a comer sin distracciones (móvil, televisión, música u ordenador, etc.).
- Lleva un registro de tus comidas y anota cómo te sientes en cada momento. Toma conciencia de tus emociones y la comida.
En definitiva, para poner en práctica la alimentación consciente es necesario del apoyo de un equipo profesional, y la ejecución de actividades que permitan hacer más conscientes las señales internas del organismo y el control de las externas. Para esto se requiere de tiempo y, aunque el proceso puede resultar lento, es posible alcanzar una alimentación más equilibrada basada en una relación saludable con los alimentos en donde, además de disfrutar de la comida, nos alejamos de enfermedades producidas por no tener buenos hábitos alimentarios.
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