Los duques de Sussex han aprovechado su gira por África para intentar limpiar su imagen después de que fueran duramente criticados por los británicos, en especial Meghan Markle, por los caros trajes con los que recorrió el Pacífico.
El pequeño Archie, el gran protagonista de la visita oficial de sus padres a Sudáfrica
Meghan Markle con velo para visitar la mezquita más antigua de Sudáfrica
En esta ocasión Meghan Markle ha dejado atrás sus estilismos firmados por las casas de moda más exclusivas para ofrecer una imagen más sencilla.
A su llegada a Sudáfrica, la duquesa de Sussex eligió un vestido de solo 60 euros. Además, estos días de visita oficial al continente hemos podido verla recuperar algunos de los vestidos que llevó durante su embarazo. Incluso ha optado por no llevar el anillo de compromiso que le regaló el príncipe Harry, valorado en 130.000 euros.
A estos cambios se ha añadido el permitir que todos vean a su hijo, Archie Harrison, ya que les acusaban de esconder al pequeño.
La artífice de esta campaña de “lavado de imagen” de los duques de Sussex es la ex asesora de Hillary Clinton, Sara Latham. La misma mujer que se enfrentó con el escándalo de Mónica Lewinsky ha sido la encargada de tapar los más de 2 millones de euros que se han gastado el príncipe Harry y Meghan Markle en las obras de su nueva casa o sus polémicos viajes en avión privado.
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