¿Pagas más por ser mujer en los supermercados?

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Últimamente se está empezando hablar de la tasa rosa. Para aquellas personas que aún no se hayan familiarizado con el concepto, se refiere a ese plus de dinero que se paga en productos de higiene sólo por ser mujer. Para evitarlo, muchas personas prefieren acudir a farmacias y parafarmacias online como Dosfarma, donde los precios no están sometidos a esta tasa femenina.

La igualdad de género ha recorrido todos los sectores de la sociedad, logrando hacerse un hueco en la agenda pública, pero, sobre todo, en la agenda política. Precisamente, estableciendo políticas encaminadas a fomentar la igualdad real y efectiva, es como se acaba con la discriminación, la negativa y la positiva y es también el primer paso para la deconstrucción de esos estereotipos de género que están tan impregnados en la sociedad desde edades tempranas.

Que la desigualdad de género sea una práctica tradicional del gran consumo, no es una novedad. Ya algunos estudios revelaban hace unos años que la mujer, por solo el hecho de ser mujer, pagaba más por productos como champú o desodorante.

Esta realidad está presente en los supermercados a día de hoy, si bien se está empezando a recular desde que fuera denunciado por organizaciones de consumidores como Facua. La evidencia: Una cuchilla de depilar. Las rosas  – y, por ende, de mujeres,  -podían costar hasta 171%, fundamentalmente sólo por el color.

Esta cifra, que no es moco de pavo, ha hecho saltar todas las alarmas, ¿qué se está haciendo al respecto? Habría que hacer un estudio de producto a producto y también de categorías y familias, ya que hay distintas teorías que dicen que, igual que hay una tasa rosa, hay también una tasa azul, especificando que, algunos productos como ropa o complementos, sale más caro al hombre.

¿Se trata de una cuestión de género o es, simplemente, algo que tiene que ver con la oferta y la demanda? ¿Se puede llegar a una conclusión objetiva? Sea como fuere, recientemente, por fin, en una batalla librada sobre todo por el colectivo feminista, se ha conseguido bajar el IVA de las compresas y los tampones, que han pasado del  10% al 4%.

A este IVA también se le llama tasa rosa y resulta difícil comprender cómo, hasta ahora, no se han concebido estos productos como bienes de primera necesidad y algo aún más amplio, que hasta ahora no se había apenas tratado la salud de la mujer.

Algunos supermercados, por otro lado, se han apuntado a esta corriente feminista, lanzando acciones como descuento en la compra para las mujeres embarazadas u otras acciones que, de una forma u otra, también divide a la sociedad en un debate de si es oportunismo y “postureo” o realmente es una propuesta que tiene que ver con los valores de la empresa que implanta estas acciones.

En cualquier caso, cada vez son más las personas que prefieren acudir a tiendas especializadas, tanto físicas como online, donde poder comprar a precios competitivos, huyendo de estrategias de género , de colores y de números.

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