Abrimos las puertas de la espectacular mansión que Cindy Crawford y Rande Gerber han vendido en Malibú por 39 millones de euros.
Cindy Crawford y su marido, el empresario Rande Gerber han vendido su espectacular mansión en Malibú, un complejo de ensueño situado en la exclusiva zona de Encinal Bluffs, por 39 millones de euros.
Esta exclusiva zona de Malibú cuenta con grandes medidas de seguridad, ideales para reservar la privacidad de sus inquilinos. Lejos de las miradas indiscretas, sin duda, se convierte en el mejor refugio para sus habitantes. Además, cuenta con un sistema de alarma exclusivo y si se olvidan las llaves dentro de casa o salieron sin ellas para disfrutar de un agradable día de sol y playa, tienen a su disposición varias opciones donde consultar, por ejemplo, el precio para cambiar la cerradura…
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La residencia original fue construida en 1944 y fue completamente renovada en el 2015, cuando la pareja decidió comprarla ya que se encontraba junto a otra de sus propiedades en Malibú. Este ha sido el hogar de la top model Cindy Crawford, su marido, Rande Gerber, y sus dos hijos Presley, de 18 años, y Kaia, de 16.
La vivienda tiene una extensión de 1600 metros cuadrados y tiene cuatro dormitorios, seis cuartos de baño, una pista de tenis, piscina, spa, acceso directo a la playa y unas vistas de ensueño al Océano Pacífico.
En la primera planta unas puertas correderas de cristal ofrecen un espacio muy cómodo e ideal con el que disfrutar de sus increíbles vistas, tanto en invierno como en verano. En ella encontramos una sala de estar, un comedor y una cocina abierta completamente reformada con todo lujo de detalles.
La suite principal esta situada en la segunda planta. Desde ella también se tiene acceso a las vistas al mar, además de una área de descanso, chimenea y dos baños tipo spa. En esta planta hay también dos dormitorios con un baño más y una tercera habitación de invitados, con cocina privada y bañera de hidromasaje.
Otro de los atractivos de la mansión de la top model y su familia son sus cuidados jardines y la magnífica piscina que, como confesaba Cindy Crawford, en casa de los Gerber es una tradición tirarse a la piscina cada vez que uno vuelve a casa después de estar un tiempo fuera.
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