Con el verano a la vuelta de la esquina, nos empezamos a preocupar por deshacernos de esos kilitos de más que hemos cogido durante los primeros meses del año. Y, cómo no, pensamos en recurrir a la famosa “operación bikini” a través de las “dietas milagro”, que prometen una pérdida de peso en tiempo récord para lucir un cuerpo 10 en vacaciones, pero que a la vuelta nos pasa factura con el efecto rebote. ¿No sería más fácil mantener un peso saludable durante todo el año?
El estrés, uno de los enemigos de la “operación bikini”
Los nutricionistas alertan del peligro de las dietas milagro
Sin duda, estas dietas son peligrosas si se realizan sin supervisión médica. ¿Por qué? Prometen una gran bajada de peso en muy poco tiempo y suelen ser muy restrictivas en cuanto a la ingesta de alimentos. Según la Dra. Sònia Cibrián, la especialista en Nutrición de mediQuo, “médicamente son insuficientes ya que eliminan de la dieta alimentos como son los hidratos de carbono y diversas vitaminas y minerales”.
Para conseguir una dieta saludable y equilibrada, el cuerpo necesita una serie de grasas, hidratos de carbono y proteínas en diferentes proporciones, así como vitaminas y minerales diversos. Hoy en día, no existe ningún alimento que, por sí solo, aporte todo lo necesario a nuestro organismo.
Cuando se decide bajar de peso, hay que ser conscientes de que cada persona debe alcanzar el peso saludable correspondiente a su edad y estatura, aunque no sea el peso con que el que se sueña. Según la especialista en Nutrición de mediQuo “es muy importante recordar que en nuestra sociedad existe un importante problema de sobrepeso, no en vano según los últimos estudios más de la mitad de la población española está por encima de su peso. Por lo que, en estos casos, más allá de la estética, perder peso es una cuestión de salud”.
Una persona no puede hacer dieta todos los días de su vida para sentirse a gusto consigo mismo. Lo ideal es aprender a comer bien durante todo el año para poder caer en la tentación y compensar los excesos. Por ello, la Dra. Cibrián expone una serie de consejos sobre cómo cocinar y cómo llevar una alimentación saludable para controlar el peso sin sufrir restricciones:
Consejos para cocinar alimentos con menor aporte calórico:
· Antes de empezar a guisar, quitar la grasa visible de las carnes o de la piel del pollo.
· Utilizar la plancha, el horno o el microondas para evitar cocinar con mucho aceite.
· Apostar por la cocción al vapor, que permite cocinar con poca agua preservando todas las propiedades de los alimentos.
· Para guisar los alimentos en su propio jugo, la Dra. Cibrián recomienda envolverlos en papel de aluminio.
· Si se quiere añadir alguna salsa a los platos o a las ensaladas, hay que elegir aquellas que sean bajas en calorías o batir yogur natural desnatado mezclándolo con zumo de limón. Si se quiere un sabor más intenso, es aconsejable añadir alguna especie o hierba aromática.
· Utilizar leche desnatada, queso parmesano, aceite de oliva o margarina baja en calorías para elaborar salsas tipo bechamel o de queso.
Consejos para comer de forma saludable y equilibrada:
· Incluir en la dieta aquellos alimentos con poca grasa.
· Es importante reducir el consumo de azúcar.
· Realizar 5 comidas al día: desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena. Además, la especialista en Nutrición de mediQuo, aconseja no comer entre las comidas y no alternar períodos de ayuno con atracones de comida.
· Comer siempre sentados, en pequeñas cantidades y masticando bien los alimentos. Evitar comer en sitios de paso, ni de pie o caminando.
· Lo ideal, entre bocado y bocado, es dejar los cubiertos sobre la mesa.
· Es importante centrarse en la comida, evitando distracciones, como, por ejemplo, leer o ver la televisión.
· Disminuir el consumo de carnes rojas y aumentar la ingesta de pescados, verduras y hortalizas.
· Tomar de 2 a 3 piezas de frutas al día, dejando de lado aquellas con abundante contenido en azúcar: plátano, uva, higos, cerezas, chirimoyas…
· Hidratarse bien. Es recomendable beber al día entre 1,5 y 2 litros de agua.
· Evitar o limitar el consumo de alimentos fritos, así como aquellos ricos en calorías.
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