El pasado jueves 15 de marzo, la reina Isabel II remitió una carta al Consejo Privado del Reino Unido aprobando la boda de los futuros duques de Sussex el próximo 19 de mayo.
La boda entre Meghan Markle y el príncipe Harry va por el buen camino desde que confirmaran su relación pero sólo les faltaba una cosa. El pasado jueves, el Palacio de Buckingham hizo público el consentimiento oficial por parte de la reina Isabel II. Una carta que escribió la monarca al Consejo Privado, su cuerpo de asesores personales, informando sobre su conformidad con el enlace. “Declaro mi consentimiento al matrimonio entre mi queridísimo nieto el príncipe Henry Charles Albert David de Gales y Rachel Meghan Markle”.
Según la Ley de Matrimonios Reales de 1772, todos los descendientes del rey Jorge II necesitaban la aprobación del monarca para contraer matrimonio. Sin este consentimiento, el príncipe Harry se hubiese visto obligado a renunciar al trono para sí y sus descendientes en caso de seguir adelante con el enlace. Esta Ley se modificó mediante una enmienda conseguida por el ex ministro británico David Cameron en 2011, limitándolo a las seis primeras personas de la línea sucesoria al trono británico.
El príncipe Enrique, de 33 años, es el quinto en la sucesión al trono, después de su padre Carlos, su hermano Guillermo y los dos hijos de éste. El nacimiento del próximo hijo del príncipe Guillermo le relegará al sexto puesto.
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