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-Preguntas poco divertidas, pero cruciales-
Tanto tú como nosotras habrás visto a lo largo de tu vida muchas personas en matrimonios infelices. En algunos de estos casos, hay cuestiones particulares que han derivado en discusiones y tensiones: la pérdida de un ser querido, dificultades con la crianza de los hijos, problemas de salud inesperados… Pero en otros casos, hay advertencias tempranas que avisan de futuros problemas, en forma de conflictos de personalidad o incompatibilidades cotidianas.
Si estás pensando en jurarte amor eterno o tan solo irte a vivir con tu pareja, puede ser útil contemplar alguna de las preguntas que os proponemos y que pueden conducir a futuras discusiones de pareja a largo plazo. A menudo en medio de una relación super romántica, es difícil imaginarse cómo será la rutina futura y los aspectos cotidianos que pueden hacer saltar chispas. Ninguna de esas preguntas debe entenderse como algo que va a romper tu pareja sí o sí. Al fin y al cabo el amor en una pareja es lo que debe dar motivación para trabajar en aquellas cosas en las que se difiere y poder anticipar futuras fricciones. Incluso en el amor más profundo no se puede evitar ciertos conflictos a lo largo de décadas de convivencia.
- ¿Qué diferencias amo ahora, pero pueden suponer un problema en cinco años?
La ironía del amor romántico apasionado es que a veces las cualidades que son más diferentes de nosotros son las mismas cosas que nos pueden atraer más intensamente de nuestra pareja. Tal vez su espontaneidad es emocionante, tal vez su buena disposición para olvidar las responsabilidades de un día cotidiano es refrescante cuando tú has trabajado duro incluso cuando tienes la gripe. Desde diferentes estilos de gasto a diferentes vidas sociales a horarios de sueño, carreras o aficiones muy diferentes. La idea de que alguien sea opuesto a nosotros es a veces particularmente atractiva en su novedad y exotismo. Y, de hecho, es una buena cosa cuando podemos estar expuestos a una perspectiva muy diferente a la nuestra. Pero con el tiempo, nuestros propios hábitos pueden permanecer con lo que nos sentimos más cómodos -y si el estilo de nuestro compañero sigue siendo bastante diferente, lo que solía ser tentador puede resultar francamente molesto.
- ¿Cómo manejamos individual y colectivamente el estrés?
¿Cómo es tu pareja cuando estáis atrapados en un atasco? ¿Cuándo ha tenido un día nefasto en el trabajo? Cuando no ha dormido lo suficiente, cuando su padre tiene un susto de salud, cuando recibís una factura exorbitante. Millones de situaciones que nos pueden alterar y ponernos bajo presión. A menudo durante el “momento más rosa y romántico” de la relación, todos tendemos a mostrar nuestra mejor cara. Por supuesto, es el momento más dulce, pero nos niega una idea de quiénes somos cuando estamos bajo presión. Y décadas de matrimonio y vida, en general, pueden traer mucha presión. Aún más importante es cómo los dos manejáis juntos el estrés ¿retrocedéis y os aisláis?, o ¿os conectáis para resolver las cosas como un equipo?
- ¿Cómo somos como “compañeros de habitación”?
“Estamos viviendo como compañeros de habitación, en lugar de amantes” a menudo se utiliza como un ejemplo de cómo una relación ha perdido su chispa, y de hecho, no es una buena cosa cuando su pareja no se siente diferente de la persona con la que compartió tienda de campaña en el campamento de verano. Pero, diríamos que seguir adelante como compañeros de habitación, aunque no es suficiente para un matrimonio, sigue siendo vital y necesario. ¿Qué tan bien se ponen de acuerdo sobre lo que la temperatura de la casa debe ser? ¿Cómo funcionan sus horarios de sueño? ¿Cómo resuelven los problemas de limpieza, estilos de decoración, tareas, invitados, mascotas y preparación de la comida? ¿Quién asume la responsabilidad de las facturas o de encontrar un fontanero cuando su inodoro se ha roto?
- ¿Cuánto hablamos de nuestra relación con los demás?
Pocas personas describen las reglas básicas sobre cuánto es privado y cuánto debe ser difundido a otros amigos y familiares cuando por ejemplo se están conociendo al principio. Y esto es algo bueno, ya que mantener una fuerte intimidad emocional con amigos y familiares puede proporcionar una válvula de seguridad para aquellos que están en una relación de control y se sienten algo inseguros. Pero una vez casados, las expectativas de muchas personas cambian. ¿Lo considerará una traición si su esposa derrama todo sobre sus problemas de intimidad sexual a su mejor amigo? ¿Estás de acuerdo con un marido que pide consejo marital a su madre? No hay una respuesta correcta acerca de cuánto compartir con amigos y familiares, pero cuanto más de acuerdo estéis, mejor irá.
- ¿Qué tan atascados estamos en cada uno de nuestros trabajos, y qué pasaría si nos despidieran o quisiéramos irnos?
Despidos, promociones, recortes de salarios, cambios de trabajo… pueden cambiar la situación laboral de una persona en un abrir y cerrar de ojos. ¿Hay un miembro de la pareja cuyo trabajo es “dominante” -por salario, por prestigio, por pasión o por la cantidad de horas trabajadas? ¿Qué pasaría si esa persona ya no tuviera ese trabajo, voluntaria o involuntariamente? ¿Hay expectativas sobre quién ganará más dinero, quién se quedará o no se quedará en casa con los niños, quién será eventualmente ascendido o quien puede que cambie de carrera profesional? Por supuesto, nada puede ser explicado claramente por adelantado. Pero cuanto más se pueda reconocer cuáles son sus expectativas, lo que tu esperas, y cómo manejaríais un cambio en los planes, mejor será capaz de torear los posibles golpes si surgiera la necesidad.
Existen otras miles de cuestiones de las que hablar: cómo gestionar la economía familiar, la crianza de los hijos…etc. Tan solo queríamos mostraros otras en las simplemente no caemos en que debemos hablar de ellas. Y tú, ¿antes de comprometerte que cuestiones pusiste sobre la mesa? Cuéntanoslo.
PSICOLOGIA CLAVE: Elena Sánchez-Porro Frías e Irene Albert Cebriá
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