Quienes piensen igual, que tomen nota para ir a disfrutar de uno de esos chocolates contundentes, que embadurnan bien el churro, manchan el ‘bigote’, saben a gloria y te dejan más que feliz…
Este manjar líquido es artesano; lo hacen como se hacía en casa, en la olla y revolviendo bien durante 45 minutos. Puede acompañarse de nata o gajos de naranja y sirven también la versión jerezana, que lleva piñones y pasas. Sea cual sea la opción, el resultado está ¡¡para mojar!! Y aquí es cuando entran en acción los churros y las porras, porque en Madrid ambos tienen infinidad de incondicionales. Al igual que el chocolate, están hechos en su cocina y se elaboran al día según demanda; así desde primera hora de la mañana protagonizan los desayunos más castizos y por la tarde, para los amantes de las meriendas dulces y llenas de energía vuelve a ponerse en marcha la churrera, a encenderse la gran freidora y a entrar en acción los ‘palos de rodar’ para voltear las ruedas de porras. Por supuesto, también se puede optar por otros dulces como las torrijas, también caseras, tortitas, gofres, tartas….¿Dónde? En La Madrileña
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