El sobrino de Felipe VI ha aprovechado al máximo su regreso a España el pasado fin de semana. Froilán era uno de los invitados a la boda de Almeida, y la enlazó con una noche de fiesta y desenfreno hasta las 11 de la mañana del domingo.
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El pasado sábado 6 de abril se reunieron en Madrid centenares de miembros de la alta sociedad con motivo del enlace entre José Luis Martínez-Almeida y Teresa Urquijo. Entre ellos había varios miembros de la familia real como Froilán, quien no dudó en abandonar pronto la boda de Almeida para tener un día completo de fiesta y desenfreno recordando los viejos tiempos en la capital.
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Froilán acudió a la ceremonia junto a su madre, la infanta Elena, y su hermana Victoria Federica, además del Rey emérito, la infanta Cristina y su hijo Juan Valentín Urdangarin. Sin embargo, el sobrino del Rey Felipe no se quedó hasta el final de la fiesta de la boda, ya que tenía otros planes.
Así, Froilán abandonó la finca El Canto de La Cruz, en Colmenar Viejo, donde tenía lugar el banquete de la boda en compañía de su abuela, Doña Sofía. Tras despedirse de la reina emérita, pasó por casa para cambiarse de ropa, y el joven puso rumbo a una discoteca de la capital para asistir a la fiesta de aniversario del local.
Una fiesta tras otra
Se trata de un local de moda ubicado cerca de la Plaza España. Allí Froilán disfrutó de la música y la celebración hasta las 6 de la mañana, momento en el que abandonó la discoteca para seguir con la fiesta en un after en la localidad de Leganés. No fue hasta las 11 de la mañana del domingo cuando las cámaras lo captaron saliendo del lugar para coger un coche que lo llevara de regreso a casa.
Froilán no quiso responder a las preguntas de los periodistas y tan solo quería poner fin a una noche de desenfreno que había dado comienzo 24 horas antes con la boda de Almeida. No se puede negar que el hijo de la infanta Cristina aprovechó a la perfección su llegada a Madrid desde Abu Dabi. Después de todo, también aprovechó para comer con su padre por motivo de su cumpleaños.
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