A pocos días de celebrar su 30 cumpleaños la actriz Scarlett Johansson vive el momento más dulce y feliz de su vida. El pasado día 4 de septiembre nacía su primera hija, la pequeña Rose Dorothy. Además triunfa en las taquillas de todo el mundo con su último trabajo “Lucy”.
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Bienvenida mi bebé Rose Dorothy. Estoy muy orgullosa de convertirme en mamá”, así anunciaba la feliz noticia Scarlett en las redes sociales; aunque muy celosa de su intimidad no quiso revelar el lugar del nacimiento. La protagonista de Lucy, Capitán América y Macht Point había sido fotografiada pocos días antes en Nueva York, luciendo un avanzadísimo estado de gestación. Los rumores de embarazo de Johansson, de 29 años, comenzaron el pasado mes de marzo, pocos meses después de conocerse su compromiso con Dauriac, con quien sale desde finales de 2012. Antes vivió el duro trance de su divorcio con el actor candiense Ryan Reynolds con quien estuvo casada desde 2008 hasta 2011.
Mucho ha llovido desde que con tan sólo 14 años nos conquistara por su interpretación en “El hombre que susurraba a los caballos” junto al mismímo Robert Redford. Con cuatro nominaciones al Óscar por Lost in Translation (2003), Girl with a Pearl Earing (2003), A Love Song for Bobby Long (2004) y Match Point (2005), Scarlett Johansson se ha convertido en uno de los símbolos sexuales de Hollywood y con frecuencia aparece en las listas de las mujeres más sexys del mundo. En 2006 y en 2013 la revista Esquire la nombró la “Mujer Viva Más Sexy” (la única mujer en ser elegida dos veces por el título) y la “Celebridad Más Sexy” por la revista Playboy en 2007.
Ahora, mientras disfruta de su maternidad, su último trabajo en la gran pantalla, “Lucy” (del director Luc Besson), triunfa en las taquillas de todo el mundo. La cinta es un thriller de acción que examina, en clave de ciencia ficción, qué ocurriría si una persona pudiera hacer uso del cien por ciento de su capacidad cerebral y acceder a los rincones más insospechados de su mente. La actriz, que comparte protagonismo con Morgan Freeman, Choi Min-sik y Analeigh Tipton, interpreta a una estudiante estadounidense en Taiwán, cuando, de forma accidental, una droga le otorga poderes sobrehumanos que van creciendo paulatinamente.
“Cuando conocí a Luc Besson y me ofreció el papel, aún no existía el guión. Solo sabía que se trataba de un proyecto para el que había esperado diez años. La única base que disponía para aceptar la oferta era su trabajo previo, que conocía perfectamente. Y acepté“, ha confesado la actriz. “El reto era encarnar a una mujer en constante transición, destinada a perder su humanidad. Traté de que, durante su evolución, Lucy se aferrase a establecer conexiones con pequeñas cosas, como la textura de las cosas o los colores… Debía conseguir que esos rastros de vida interior se hicieran palpables. Fue muy difícil”.
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