Los reyes de Holanda, Guillermo y Máxima, son recibidos en Baviera con aplausos, vítores y flores. La simpatía de los monarcas, especialmente la reina Máxima, en cualquiera de sus visitas oficiales fuera de su país, hace que sean siempre recibidos de esta forma.
Después del recorrido por las calles, los Reyes acudieron al museo Alte Pinakothek de Munich, visitando esta pinacoteca, inaugurando una sala dedicada a la pintura holandesa del Siglo de Oro y dando muestras de nuevo de su simpatía, protagonizaron la anécdota del día, entraron por un gigantesco marco, como si se tratara de una pintura que escapaba de su lugar.
Más tarde Máxima y Guillermo, visitaron el centro de distribución de la marca de coches alemana, BMW, y tanto Máxima como Guillermo, probaron in situ, uno de los próximos automóviles que en un futuro piensa comercializar la marca.
Hoy darán por finalizado este viaje, inaugurando una exposición del pintor Alberto Durero.
Un viaje, en el que, como casi todos los que realizan, la reina Máxima sorprende por su simpatía y elegancia.
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