Miranda Kerr brilló con luz propia en la plaza del Rockefeller Center, delante justo de la estrella gigante de Swarovski que coronará el famoso Christmas Tree, que todos los años se enciende con motivo de la llegada de la Navidad.
La modelo lució para la ocasión una falda blanca cortada al bies a juego con un top azul, que le dejaba la tripa al aire con un estampado en positivo y negativo que reproducía círculos y triángulos. Para protegerse del frío, Miranda se echó sobre los hombros un abrigo azul de paño con botones con un cuello de piel de color blanco. En los pies, unos pumps de color rojo bermellón.
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