El pequeño Lewis Connet, era el encargado de entregar a la reina Isabel II de Inglaterra, a su llegada a Liverpool, de un bonito ramo de flores.
El niño de dos años, esperaba junto a su madre con ilusión la llegada de Su Majestad, pero cuando la reina con una sonrisa se acercó a recoger el ramo de flores, la presión del momento pudo con el pequeño y asustado rompió a llorar y a reclamar los brazos de su madre.
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